Marco Polo

El citófono





 

En unos días escuchar su timbre era el único nexo entre el afuera y nuestra rígida reclusión, inmerso en los libros, como si esa soledad extraña de siempre fuera la norma general para todos hoy. 

Luego fue también el llamado a recibir el mercado que nos llegaba gracias a los domiciliarios. 

Y sentimos el nexo de estar conectados de verdad, aunque sin aquella alegría de fantasía de antaño que procuraba en un pueblo alejado del mundo una carta, la encomienda de libros del “Circulo”, al barriecito de la infancia que nos equiparaba a seres normales, porque nuestra dirección era correcta, existía y nos daba una ubicación ontológica.

 

Hoy, lo respondimos para encontrar la noticia del último envío, que debían ser tres minas francesas para bolígrafo, que ya no se consiguen ni siquiera en la mayor de las papelerías. 

 

Y viene el ritual de buscar la vestimenta mas deportiva que de enfermería, con tela impermeable, gafas que impidan el vuelo de alguna gota al ojo y el infaltable tapabocas con un calzado de suela plástica. 

 

Bajamos los cinco pisos y al recibir mi envió, otro de los ocupantes del conjunto, como un marino más en este buque idéntico, saca libros de una caja sobre el mesón de la portería, los empaca en sobres y los remarca para su envío. 

Eso llamó mi atención, tanto, que el hombre se volvió. También tapaba su cara con otro barbijo y se dirigió a mi y sacó de la caja un libro rojo y me dijo, Le obsequiaré uno. Soy un escritor. De inmediato vi en la sonrisa del vigilante cierta afirmación cómplice y respondió por mi, Don… también es escritor. 

 

Di las gracias al hombre por su obsequio y le pedí me firmara la Antología “Bajo la Pandemia 2020”. 

Me alegré que en mi conjunto residencial, embozado al igual que yo, habitara otro ser que amaba y escribía libros. 

En la página 94 obra su cuadro “Pandemia y neurosis”, su biografía y el relato “É la peste la Dannata peste”, es el maestro boyacense Germán Peñuela R., como firmó.

 

Prometí hacerle llegar también uno ahora, cuando el citófono había cumplido una nueva función  en el azar de este año bisiesto. 

 

Marco Polo

Altillo de Vilanova

Diciembre 9 de 2020

Bogotá D.C.

 

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