DE ALVAREZ GARDEAZABAL
En abril de
2016, recibí la novela “El resucitado” que me enviara el maestro Gustavo
Álvarez Gardeazábal hasta mi apartamento.
De inmediato
la leí y produje mi acostumbrada reseña, desde la glosa que hago sobre las
páginas finales del mismo libro y que tiene que ver con mi inmediata sensación
del texto.
Sin algún
misterio. Sin prevención alguna. Sin alguna erogación. Con total independencia
y como dicen los abogados, de acuerdo a mi leal saber y entender.
Luego, fuera
de la ciudad, debí enviarle un resumen del texto, que al final decidí no
publicar en Literatura y Mistela,
sobre todo por la abundante publicidad a su favor.
Lo hice desde
mi teléfono móvil el 24 de Abril, con las siguientes palabras:
“Quiero agradecer su deferencia. La leí y creo, que
supera su anterior escrito, pero no se acerca a su obra clásica.
En mi costumbre de glosar sobre el mismo texto, elaboré
en dos páginas los aciertos y las falencias.
Creo que la descripción interna de los personajes
llega lejos, es verosímil y tiende a rebasar lo necesario de cada personaje. Me
gustó.
Falla la acción,
con toda la información que van soltando los narradores, no se siente el
momento del movimiento interno o real. Entonces quedamos a la espera de notar
el efecto de la droga en Cristo, el efecto en Ramsés, que se queda en la
difícil verosimilitud, que ni los curas la creyeron para terciar en su contra y
dispararla.
Espero, no se ofenda. Por eso lo hago por este medio e
improvisando el recuerdo de lo experimentado, luego de concluir su lectura.
Me atrevo pese
a ello a pedirle, lea mi libro. A lo mejor encuentre algo de este país, los
años en que se inició el conflicto, que contado, en la voz infante sirva a su
intención de hallar esa voz. Hasta hoy el libro circula y ha sido reseñado por
experimentados escritores. Maestro, un abrazo sincero. Marco Polo”.
Enviado desde
mi iPhone
La
respuesta del maestro Alvarez, no fue otra que
la siguiente:
“mil gracias por tan acertadas
anotaciones
como creo haber dejado el libro en mi casa de Cartagena,
donde no iré hasta el 13 de mayo, espero hasta ese momento para leerlo
saludos
gustavo alvarez gardeazabal”
Hoy, 26 de
Octubre de 2016, he creído prudente traer a cuento la reseña que escribiera al
libro de un maestro de la literatura nacional y del cual, por tal aspecto, no
recibí insulto alguno.
EL RESUCITADO
Otro intento fallido
de un gran creador
Ni
el resucitado resucita. Ni se prueba la toma de la mandrágora por Cristo.
Tan
solo alusiones para un desbordado discurso, al momento de describir
personalidades de supuestos traquetos descendientes de pájaros y matones que
surgieron de sus añorados cóndores en desgracia.
Si
el autor pensó que al juntar a Cristo y al capo en la posible resurrección,
serían clave para poner a caminar una novela, tenía razón.
Pero
la novela como tal nunca llegó a arrancar. Nunca caminó. Su acción se fue
haciendo una amenaza, un cuento que no fue contado. Como un anuncio de que ocurrirá y no ocurre.
Como
usar la fantástica anécdota y no poder recrearla por falta de ingresar al mundo
de lo verosímil, al que sólo pudo llegar con la descripción de sus personajes.
Y esas descripciones son la novela. La acción no va mas allá del enunciado.
La
falla radica en no adoptar un tiempo. Una lejanía, un lugar, para desde allí
contar al final lo que pasó.
Solo
logra ciertas crónicas, o pequeñas historias deshilvanadas que se nutren de la
fábula de las dos supuestas resurrecciones, al final tan inútiles como truncas.
Esperaba
mas de la anécdota enunciada.
Aquí
en éste discurso, ni el cura de la parroquia va a intentar la excomunión,
porque la historia es trunca e inverosímil.
Veo
un tanto enredada la gran capacidad de fabulación del maestro.
Entre
sus apartes que me parecieron positivos, puedo enunciar:
1-
Desbordada capacidad para describir los
personajes.
2-
Cierta intriga lograda al ubicar como narrador
al abogado de Chaparral(En los primeros capítulos)
3-
Su gran conocimiento de lo que es la cárcel para
un narco y la forma de utilización de las cuentas en el exterior mientras se
está preso.
4-
Pinta muy bien al primer narco, lector, de una
novela colombiana.
5-
Así describe la elaboración de su novela: “Va contando como en cascada de varios
niveles la forma en que ella ve que pasan las cosas”.
6-
Ransés y Fátima son narradores de la parte
Cristo. El abogado lo es de la descripción familiar.
En
la página 91 como es mi costumbre glosar sobre el mismo libro, pude resumir:
“Hasta aquí, afortunadas descripciones de la
personalidad de casi todos los personajes. La acción está por verse.
En dos apartes, rebajó el nivel del lenguaje
por otro desafortunado y ramplón del ejercicio diario y nos trajo la realidad
de que el cuento no es tan real, sino inverosímil y personalísimo.
Se destaca su gran conocimiento carcelario y
su afición a los libros”.
Marco
Polo.
Altillo
de Villanova.
Bogotá
D.C.
Abril
15- Octubre 26 de 2016.
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