KASSEL:
Un Mcguffin
entre la realidad y la ficción de la literatura y el Arte
Este
libro es una extraña experiencia para el escritor sobre el objeto efectivo de
su labor. Inútil, hilarante, inconexa. La ironía de la representación de una
supuesta e inexistente vanguardia. Donde una “loca” predica la muerte de Europa
con mucha lógica.
Una
autoficción dice el autor que es.
Existe
la Kassel que rebusca la objetividad del valor del arte por encima de la muerte
de Europa.
Un
escritor se desliza por una ciudad llena de extrañas propuestas artísticas de
vanguardia que al final acepta como arte, frente a su vejez y la incomprensión
y rechazo de los atrevimientos.
El
autor se encuentra con su contradicción, vida o ficción. ¿Actuar la vida es
vivirla? ¿Si se la representa, es menos vida?
El
autor nos habla a veces de su “reportaje novelado”. Así llama también a su
novela. Su función es la de tratar de representar al escritor que es, en el momento
de escribir, sentado en un restaurante chino de Kassel. Como una prueba de que
la vida es el arte y el arte es la vida en contradicción con el inaceptado
realismo de los europeos, muertos desde el neardenthal. Y sus frases debemos
conservarlas en forma de citas:
“El arte, pensé entonces, es algo que nos
está sucediendo”
“Arte y memoria histórica eran inseparables”
La
vanguardia, el realismo y la ficción se dilucidan y revierten en la admisión de la vida.
Gala
le manifestó a Dalí sobre un libro que aquel le dejara leer:
“Si lo que en él decía resultara verdad
sería genial, pero si al final resultaba que no era verdad, entonces el libro
era aún mas genial”
El
artista por ser un intelectual, no es un lujo sino una necesidad. Porque puede
llegar a cambiarnos la vida. Porque debemos escucharlos ya que en nuestros
días, son todo lo contrario de los políticos.
Las
consideraciones sobre una supuesta vanguardia ejercida, son aquel lejano
provincianismo de lograr la ruptura.
Siempre
la ruptura.
La
única forma de vivir la vida es actuándola, así pareciera menos verdadera.
Porque teatralizar la vida propia, es un modo de intensificar el sentimiento de
estar vivo, otro modo de crear arte. La vida y el arte pasan al mismo tiempo.
“Todo
está ahí, y yo no soy nada”. Decía Goethe.
“El arte es lo que nos sucede, que el arte
pasa como la vida y la vida pasa como el arte” Aseguran Sehgal,Gander,
Cardiff.
Antes
de morir, Schwob vivió sus relatos.
“…todos los escritores contemporáneos, más
que posicionarse en contra, trabajaban en sintonía con el capitalismo y no
ignoraban que uno no era nada si no vendía libros, o si su nombre no era
conocido, o si no acudían decenas de admiradores cuando firmaba ejemplares de
sus novelas, no menos cierto era que las democracias liberales, al tolerarlo
todo, al absorberlo todo, hacían inútil cualquier texto, por peligroso que éste
pudiera llegar a parecer…”
“…qué era lo que había podido sucederle a la
humanidad para que resultara tan difícil darle interés literario a la alegría,
a la excitación de estar vivos, a la exaltación de lo que veíamos”.
En
su madurez Enrique Vila Matas con su novela “Kassel no invita a la lógica” nos
obliga a repensar la labor del escritor, del artista, del buscador de
explicaciones y cercanías entre la vida, el arte, la realidad y la ficción.
Marco
Polo
Altillo
de Vilanova
Junio
4 de 2016
Comentarios
Publicar un comentario