PEGUESE LA RODADITA A LAS PAGINAS DE UN LIBRO


CUARENTA Y DOS AÑOS DE ESPERA


Debo evocar de nuevo la concomitancia de mi deseo de creación de una columna en un periódico cualquiera y la efectiva posibilidad de poder grabar cine en una película o cinta.
Carentes de poder, en Garzón Huila transcurría nuestro  quinto año de bachillerato con dos sucesos revolucionarios. El desarrollo de la segunda caída del capitalismo supuestamente por y para los proletarios y la conquista de la luna, con nuestros deseos de terciar por nosotros mismos, los pobres.



 
                    

Ideamos por ello, un periódico que ahora llamo “El desaparecido” porque solo circuló entre nosotros y no fuimos capaces de reproducirlo mas de unas cinco veces, (La idea era que cada uno lo hiciera diez) para tener una edición de cincuenta, con la única máquina de escribir de propiedad de alguno de los cinco que intervinimos en su creación: Gilberto Rodríguez, Omar Silva, Audelino Vargas , Marco Polo y otro anónimo intelectual de la época Mauro Montealegre. Y produjimos el periódico de tamaño oficio que se quedó en ese tiempo perdido sin circular mas que en nuestro deseo. Luego revisando apuntes y   Tacuinis, pudimos recuperar su nombre:"Agua Turbia" que era como fluía nuestra vida en ese pueblo. Con el periódico nonato, fuimos desarrollando nuestro deseo de escribir y de alguna manera gritar la  voz de los que no la tienen. De allí nuestro espíritu crítico, nuestras posturas ideológicas nutridas difícilmente con alguna noticia de los movimientos estudiantiles nacidos en París y copiados en México, que tardaron en llegar cerca de un año a nuestro “Seminario” con unos muchachos expulsados del Santa Librada de Neiva por revoltosos, luego de la muerte de un niño de doce años, de primero de bachillerato en enfrentamientos con la ley y el orden. Y de la escritura nos quedaron algunos primeros puestos en concursos de cuento y el compromiso definitivo por las letras porque lo otro, lo portamos en nuestras luengas cabelleras.
Omar Silva resolvió el asunto incursionando en la locución desde Radio Garzón y buscando la profesionalización de su voz, como animador de los Galos, la orquesta del pueblo dirigida por Alfonso Gómez, el gitano, los demás buscamos los caminos de la universidad en Neiva y Bogotá.
Luego lo intentaría de nuevo en Gigante, como profesor de escuela y con Manuel Ortiz con el uso de mimeografo por primera vez y lo llamamos el "Buho".
En 1.974 pude publicar un cuento en el quincenario "Pregón del Huila" gracias a Benhur Sánchez y L. E. Lasso , que adoptó el texto como si ya fuera un representante de los estudiantes de Itusco sin haberme matriculado aún. Lo hice también en la revista "Gruas" de Misael García en el Instituto.
Pero fue en 1.975 en Bogotá, con un buen grupo encabezado por Lasso, Benhur Sánchez,  Isaías Peña, Joaco Peña, William Torres, Fanor Satizábal, Mariano Useche y Jaime Moreno con quienes creamos "Teorema Arte y Literatura"  una revista de verdad, en que casi no nos publicamos y que al final quedó para usufructo de un exclusivo grupo que produjo su deceso.

Como estudiante de derecho en 1.976, el mundo volvió a modificarse con el desarrollo tecnológico. Surgió un aparato que leía de una cinta no solo el sonido de las grabadoras sino la imagen en color impresa directamente y de forma electromagnética que no necesitaba revelado. El Betamax y con él claro, previamente la grabadora de video que imprimía la cinta con todo y sonido. Sus costos todavía eran grandes pero mínimos, frente a los astronómicos del cine. Fue el año de la primera adquisición de éste aparato y de películas que comenzaron a circular promocionadas desde la Sony  japonesa por Pelé.
Recuerdo la emoción de haber podido ver el cuento de Edgar Allán Poe, “La muerte de Ligeia” en un pequeño televisor de catorce pulgadas marca “Sanyo”, el primero que contrabandearon seguramente en San Andresito, porque me sentí el exclusivo bogotano viendo allí la televisión a color antes de existir tal tecnología en Colombia. Los programas internacionales trasmitidos en directo como los reinados o concursos de canto cuyos derechos fueron adquiridos por  Julio E. Sánchez Vanegas.
Mi primera cámara de video la adquirí en 1.989 en Neiva cuando ya era abogado y ejercía como Juez. Con la emoción con que vi mi primera película, la de Harold Lloyd, a los cinco años en el teatro Real de Gigante Huila en 1.957. La compré de segunda a un muchacho aficionado, quien me la vendió averiada porque solo reproducía en su propio visor; con sus puertos de salida inutilizados.
Finalmente vino mi incursión en la cibernética y me veo en una madrugada de 1.993 en compañía de Lis, desbaratando mi CPU para intentar adicionar  el famoso Dvd, y puedo ver como ruge mudo aún, el león de la MGM, para luego hacerlo a todo volumen mientras inserto el pequeño cable del sonido y con él, comienzo mi gran colección de cine Arte, con las listas del libro de Roger Ebert similares a las de mi gusto y descubro en éste mismo medio los Beatles y la música Rock. 
Pasaron muchos años para poder concretar mis dos deseos en una sola forma de la comunicación que los resumiera.
Una columna con cine.
Demasiada pretensión.

En Marzo 3 de 2.008 subí mi primer video a la Web, a YouTube. Marpol55, se llamaba mi página de videos, que ahora se puede ver marcando Marco Polo Salcedo, como si estuviera ganando la batalla al Marco Polo veneciano, en la web.
La canción que consideré el Himno de mi pueblo, que al final fue aceptado como tal. “En Gigante yo nací”, del maestro Luis Alberto Osorio, realizado con fotografía fija que fuimos tomando con Lis. Con él, los goles con que el Atlético Huila derrotó por primera vez al Nacional de Medellín.

                                       https://www.youtube.com/watch?v=oCWGEiP4jQA

 

Vino luego el poema que sirviera de “tesis” en  mi curso de edición de Final Cut en la Universidad Javeriana con cartón y todo.

                                        https://www.youtube.com/watch?v=D-sq11w_ubk




En 2.011 resolví crear un  blog, TACUINIS DE MARCO POLO. Pero luego, en seguida, el que llenaba al fin el vacío luego de cuarenta y dos años.

Mi primera COLUMNA de opinión de cierta regularidad que tuviera video.

LITERATURA Y MISTELA surgió al mismo tiempo como una página, o libro que pudiera hablar con la voz del escritor, con su figura como si estuviera vívido en la propia película de su libro. Inauguré con el profesor LIBARDO MEDINA leyendo su poema “Sin pies” la mencionada columna, dedicada al arte y la literatura y al folclor huilense y su identidad. Desde allí he reseñado libros y he realizado reportería y al fin he podido tener un medio propio para expresar mi opinión.

En Agosto del 13,  con la entrevista que FERNANDO CALDERON ESPAÑA desde la cadena Melodía, me hace, llegué a los CINCUENTA VIDEOS EN YOUTUBE y lo cuento sin ninguna pretensión, como ha ocurrido, por el sabio devenir de las cosas. Hoy pasan de los 120.
                                       https://www.youtube.com/watch?v=Od5le3wrHN0



Sorprendido eso sí, porque esos 50 vídeos habían sido vistos por mas de CIEN MIL PERSONAS. Demasiadas para tener el gusto por las letras y el arte y el folclor.
Lo cual me podría hacer erróneamente un personaje popular.
Que no soy.
Pero lo que debo reconocer es la nostalgia o la necesidad de hacer permanente los recuerdos que siente la gente en general o los huilenses, por haber visto tan sólo un video unas 41.000 veces. 
Seguramente es la  frase que inventó LUIS ALBERTO FIERRO el locutor y periodista de Teruel Huila, el “PEGUESE LA RODADITA”  con que invocamos al colombiano a asistir a nuestra tierra para el San Pedro.
El que se resiste a perecer en el tiempo.

Entonces concluyo con la bondad de los recuerdos de quienes contamos el cuento desde éste blog.
Para regresar a ARMAS DE JUEGO, mi último libro.
Y aclarar a los colombianos que esa es una buena forma de regresar en el tiempo al Huila.
“Pegarse la rodadita” a las páginas de un libro que recrea los años cincuenta y sesenta. Y que comienza, luego de un año de su edición a ser leído y reconocido por los colombianos y los grandes medios de comunicación.

Marco Polo
Altillo de Vilanova.
Bogotá Septiembre  2.013-2.014.

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