HONORÉ DE BALZAC

Las ilusiones perdidas 



Es la novela por excelencia, dentro de la Comedia Humana de Balzac. 






En su primera parte discurre la historia de Los Dos poetas. 

En ella no solo se debaten con vitalidad la Restauración y los vicios de la misma, sino la sicología del trepador al costo que sea, para lograr destacar en la línea que separa los dos aparentes mundos diversos, dialécticamente opuestos de Angulema la provincia, y Paris la gran ciudad. 
En medio, las ambiciones de un joven que aprovecha la amistad de otro poeta, éste con mas peso sobre la tierra, que Lucien el aparente genio que debe triunfar. 
Y lo que une a la provincia con la gran ciudad no es estrictamente una vía carreteable, sino uno de los tantos temas que se tratarán, entre ellos, el desarrollo de la imprenta y el papel y con ellos, el surgimiento de la creatividad del escritor y el ejercicio de cada una de las compartimentaciones de este oficio, el advenimiento forzado de un falso poeta, de los que desde allí abundan en el mundo y de un pragmático poeta que vive desde el rodillo de madera de Gutenbert, hasta las nuevas innovaciones metálicas de la impresión o la elaboración del papel de bajo costo en la provincia, en Angulema, que van a explotar en el mundo para derrotar ese otro papel que constituía en su momento las catedrales, las únicas que contaban historias en sus muros y que debían perecer en su oficio estático de dar cuentas del pasado, frente a la agilidad del papel que con todos sus costos, desarrollaría el poder y los genios de la escritura y de los vicios conexos al periodismo y al poder de crear fantasmas de la literatura como el personaje central de ésta novela. 
Y en el enfrentamiento surgen las teorías de una literatura que sigue siendo debatida hoy entre la provincia y la costumbre, la ciudad y lo urbano, sin que ninguna logre depurar o demeritar la necesidad de contar las costumbres de esta época post napoleónica donde el genial Balzac nos enseña a valorar el poder de la vida frente a la simple imaginación, donde campean su propios recuerdos para la recreación de los personajes, unos caricaturizados, otros vívidos, en los “saloncitos” de los Bargeton que eran desteñidas formas de los que se conocían de la ciudad, y con la ayuda de su hermana y cuñado puede Lucien desarrollar dos de los idiotismos que procuran la mediocridad del poeta: El egoísmo y la vanidad. 

Su tema central, humano, viene a ser la historia trágica de la juventud, que se deja llevar por el brillo fugaz y pierde la noción de la realidad y las oportunidades. 

Con sus tres novelas Balzac pasa a ser el mejor escritor, el mas objetivo para enseñar a quien se acerque a usar la pluma por primera vez, o a cimentar de fondo lo que es la novela para cualquiera escritor. Porque esta es la mejor obra que he leído de este Napoleón de la literatura. 

La concepción de la segunda parte "Un gran hombre de provincias en Paris", nos deja anonadados al hacernos comprender por un lado su valor para traer apartes de su vida y por otro las características del folletín al recrear su verdadero estilo, huracanado, violento, raudo e inmenso para que en quinientas paginas, procure ahogar la respiración y nos lleve con osadía por las pasiones, sin que ninguna intriga ni final folletinesco puedan perecer, o escapar del poseso escritor que mientras bebía café iba disparando sus palabras en ráfagas lucidas y atrapantes.  

Porque todas y cada una de sus palabras no están mas que cargadas de su propia vida. 

Esas quinientas páginas, hasta concluir su segunda parte las pude leer, luego de haber sido intervenido quirúrgicamente, por lo que puedo dar gracias a Dios porque en medio de la recuperación de mi salud me haya permitido penetrar probablemente, en la obra mas humana y seguramente el mástil de la obra cumbre de Honorato de Balzac. 
Me ha llevado de nuevo a recordar lo emocionado que fue leer por primera vez a Dostoyevski con ese furor que llego a influenciar mi piel hasta el cerebro, con ese vibrar no sentido desde aquellos días de mi adolescencia, que me impulsaron a escribir por primera vez. 

Me impactó de otro lado, la veracidad, el realismo de la suciedad del periodismo cultural tan vano como su precio, tan podrido como la necesidad de figurar. 
Y la realidad que ha prevalecido en el tiempo de constituir una farsa oscura, una vitrina loca, un negocio bajo que nos impresiona de tan parecido con nuestra realidad actual. 

Sin dejar de ser atrapante la última parte de Las Ilusiones perdidas, está desbordada por el pesimismo y el triunfo de la maldad, como si su personaje principal debiera pagar con sangre sus graves desatinos, al no llegar a ser un verdadero varón y ostentar en su mismo cuerpo el rostro y cuerpo de una fémina. 

Al descubrirse así, es como paga en realidad su nueva vida, la de ser “la mujer” de Carlos Herrera y purgar en parte tanto daño causado al presumir de ser un genio a costa de quienes lo rodearon de cariño. Si bien su segunda parte desenfrenada pero no caótica, nos hizo pensar y recrear la capacidad del autor para ser una metralla de disparar frases y párrafos y descripciones humanas sobre sus personajes, en esta tercera novela, se nota aún mas su afán por escribir como si sintiera que al no hacerlo pudiera perder la historia que de alguna manera toca con la realidad de su propia vida. 
Por su pluma he llegado a hostigarme al punto de la repulsión, con su Lucien, el verdadero y “maldito poeta”. 

Balzac conocía a la perfección el tic fundamental de la obra de arte: 

“El mal es la sustancia misma de la obra de arte. Satán es el mejor de los novelistas”  

Marco Polo
Altillo de Villanova Bogotá D.C. 
(30-X-18) (1-XI-18) (21-V-2025)

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