ARAVIND ADIGA

Tigre blanco

 



 

Ahora llegando al fin de las utopías y entrando por la puerta de la desmesura humana, donde una pandemia permite avizorar el fin de la especie, nos llega la voz de un un incrédulo hindú que se ha visto en una jaula de gallinas de la que ha escapado para volverse un Tigre Blanco, el que solamente se puede ver una vez por cada generación. 

 

El individuo, el hombre sólo y esclavizado que puede redimirse a si mismo, aunque tenga que hacerlo cometiendo un crimen.

 

Si para Marx era claro que la riqueza estaba manchada de sangre, para éste débil filósofo solitario y pisoteado que ha oteado en el aire, en las escasas frases que logró leer de algunos poetas y en la mirada de sus propios congéneres esclavizados, la solución que puede otorgar la salvación es de cada uno, porque “el gran socialista” no es más que otro político u otro rico.

 

“Buscaste la llave durante muchos años. Pero la puerta había estado siempre abierta”

 

Se puede pensar lo que se quiera de ésta novela diferente y atrevida. 

Pero  corriendo la segunda década del nuevo milenio, ha saltado el dolor del hombre para decir que no cree más en los treinta y seis millones de dioses, los partidos, sus redentores o sus amos. 

Que lo que cada hombre tiene que hacer es actuar, cortarle el cuello a su amo, para intentar la oportunidad que deseaba, la de llegar a ser un verdadero hombre.

 

“La historia del mundo es una historia psicológica de 10.000 años entre pobres y ricos”

 

Aun en un país con mas de mil trecientos millones de personas, donde la espiritualidad según el autor es un engaño, para tenerlos aturdidos por siempre, solo queda la oportunidad de que otro país inmenso como China, acabe con el supuesto régimen corrupto del parlamento, y la dictadura imponga otra forma de seguir siendo simples sirvientes explotados, admitiendo que allí en los salvadores también está el virus de la misma esclavitud.

 

Queda entonces la solución exclusiva, personalísima, subjetiva. 

Salvarse así mismo cortando el cuello de su amo, explotador, innoble, egoísta y corrupto que cree que las castas deben seguir, para que sea eterna la sumisión y el sometimiento.

 

“Me encanta ver como le dan una buena paliza a un rico. Es mejor que una erección”

 

Que en nuestros países latinoamericanos aún se siga engañando con el “gran socialista” que vemos en esta novela, políticamente incorrecta o pérfidamente real, como un grito de quienes están aburridos de soportar la esclavitud por más de diez mil años, es un hecho cierto que al menos nos permite admitir que en medio del bien y el mal es justo entender que el malo no lo es tanto, y que el criminal de que está lleno el poder económico de los estados, tenga un pie en la tumba, porque en general la gente sin necesidad de constituir un partido, o un grupo NAXALITA armado por los chinos, tienen como fin conservar las cosas tal como están para seguir de poderosos. 

Aquí brillaría de nuevo la frase del Gatopardo que es otra vez el statu quo de nuestro siglo veintiuno:

 

 “Es necesario que todo cambie para que todo siga igual”.

 

Sin una nueva utopía o un espejo en las manos de otro Colón, la gente miserable debe buscar la solución de fuerza, individual, que en la idea general se atisba como el caos total de la humanidad, prevalidos de un virus para acabar a los indeseados.

 

Dice Iqbal su poeta:

 

“En cuanto reconoces lo que hay de hermoso en este mundo, dejas de ser esclavo”

 

“Cada hombre tiene que hacer su propio Benarés”

 

“El libro de tu revolución, joven indio, lo tienes en la boca de tu estómago. Cágalo y luego léélo” 

 

“Ya he despertado, los demás siguen durmiendo”





 

Nada mas subversivo, corrosivo y cínico que la novela de éste Hindú, que ha sido premiada en 2008 con el reconocido Man booker, y llevada al cine,( se puede ver en Neflix), irrespetuosa de todas las ideologías, es el atrevimiento subjetivo, en contra del poder venga de donde venga, porque rompe el tabú y la utopía.


Los hindúes creen que la muerte en Benarés, los librará de las reencarnaciones y les traerá la salvación. 

 

Muy oportuna para ser leída mientras somos supervivientes de esta guerra con nombre de pandemia.

 

 

 

Marco Polo

Altillo de Villanova

Febrero 5 de 2021

Bogotá.

 

 

 

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