Revisando antiguos escritos de mi blog paralelo encontré esto, que me ha parecido
especial. Ojalá de con el lector que le encuentre ese "algo".



AUGURIO.

Son coincidencias aquellos párrafos idénticos sobre el mismo aspecto, que vamos encontrando en libros disímiles.
En el tiempo.
En estilo.
Como si al desparramar las palabras por el texto, un par de manos se uniera a otro par, para recitar el mismo verso, la misma línea, el mismo contenido que ni el tiempo, ni el espacio fueron capaces de desubicar.

Allí estarán los espectros irónicos de maestros, confundidos con los balbuceantes e inocentes lábios de cada palabra, pretendiendo su nueva credibilidad, sin la piel ganada a la eternidad por el conocido.

Es cuando sentimos ese personaje transparente, viajar por mundos diversos y ubicarse a nuestras espaldas sin el nombre de ángel.
Entramos en contacto de la misma forma como K.  lo hiciera con sus inhibiciones fraternas.
Maldiciendo la sangre.
En tanto otra interpretación, besa los labios del padre con una repulsión de macho mexicano.

Entonces los festines son lo único diverso.
Uno rompe en pedazos el manuscrito o prohíbe su publicidad.
Otro cual ramera impoluta desangra su deseo por los bajos mediáticos de la farsa, ganando lo que ya estaba perdido.
La vida.

“Aquí… viene todo el mundo a cagarse en la calle, y hasta les aplauden”.
Dijo E.V. M.
Auguro entonces, que vendrán las mismas palabras desde un grupo clandestino de adolescentes a cagarse en la calle blanca, sin esperar el aplauso.

M.P.


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