ISABEL GUERRERO




POEMARIO OBSTINADO 
Traducción a narrativa de esos versos jóvenes del sur



La joven poetisa chilena que conocimos en el VIII encuentro Universal de escritores de Santander en 2014, nos trae en su “Poemario obstinado”, un libro ilustrado, como dirigido a sus queridos alumnos, o a esa generación que salta de la adolescencia obnubilada a la juventud soñadora. Como si la palabra tan duramente rescatada por la poetisa no bastara para abrir los ojos de su lector, acostumbrado aún y siempre a piratas infantes con juegos crueles de amputados y parches en el ojo.



Su canto inicial es para filosofar sobre la palabra. Para sufrir su significado y buscar el derrotero de su luz. Frente a su espejo y desnuda el alma, va encontrando la palabra para iniciarse por siempre en su maldición. La de saber usarla y meter en ella el pequeño brote verde de su descubrimiento, porque la palabra, se alimenta, busca, sufre. Y la búsqueda es su contemplación.

Su existencia es precaria y joven y debe penetrar en su ciudad. De la que toma distancia para ver, darse y compartir sus ilusiones. La necesidad de elucubrar la historia del poema y llamar a quien está a su lado para que asuma con ella la esencia de las cosas.

Y se describe como mujer polifuncional en ésta vacua territorialidad. Porque la ciudad duele a la joven poetisa y oscurece su visión. Y como ama su ciudad con sus contradicciones y carencias, se decide a penetrar en sus fauces, con cierto  doloroso compromiso, porque la virtualidad la hace incrédula y su nostalgia la quiere regresar a lo elemental, con las marcas que ya tiene de la vida, porque no quiere que su palabra esté obligada más que al abrazo.


Luego su mar se hace dolor.
Por eso desea el raudo transcurrir para que su palabra sea escuchada, para no tener que escribir historias duras que sometan su joven luz, que apenas aprendió ayer de la palabra. Porque luego del ruido solo escucha el dolor, el desamor y la indiferencia. Y no quiere ver saboteado “el dulce sabor de la independencia” por el concepto y el conflicto. Y es por ello que regresa al recuerdo adolescente, a la nostalgia del amor, porque la soledad solo provoca su incredulidad.
El pesimismo llena de madurez a la joven poetisa y choca en contradicciones y no quiere que la oscuridad nuble su poesía.
Entonces habla de la muerte que nos posee, similar al olvido. Y aunque la palpa siempre renace, y ni por ella, piensa desprenderse de los hermosos elementos poéticos como el olor de sus sueños, para ofrendarlos en testamento.
Esos se quedan con ella. El resto nos lo deja.

Marco Polo
Altillo de Villanova
Bogotá D.C.
Abril 3 de 2016.



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