BENITO TAIBO
PERSONA
NORMAL
Escrito dedicado a Tomás Campo,
en tiempos de su grado de Bachiller.
Este libro tiene un encanto
personal.
En el tema y desarrollo
conversa de tu a tu con una novela del trece.
Difiere por ahí en el
apasionamiento, en la crudeza con realidades diversas, no ya entre un padre e hijo,
ni entre un par de hermanos gemelos sino entre el sobrino de ahora, (Sebastián, Tomasso) y el tío, (Caco
y no Paco, como lo pronunciaba
infante) que mitiga la crudeza del enfrentamiento paternal, con el
desaparecimiento de los dos padres de un solo tajo.
Pero, la muerte como tema
y más
de los padres, se conjuga con el abandono para un niño de doce años,
pero al final la figura paterna resuelve
y asume el vacío de la mujer que llene la falta de la madre desaparecida. Y la
muerte a esa edad prueba que el alma se llena en parte con el espíritu de cada
libro leído.
El homenaje al libro como
salvador, y el afincar en sus páginas la solución a la mano que puede guiarnos
desde la infancia hasta llegar al vuelo, son un gran aporte optimista del que
participamos todos quienes nos consideramos más lectores, que escritores.
La utilización de todos los
géneros de la novela, provengan de la academia o de un poderoso erudito como
Borges vienen a reunir la connivencia de los textos , donde la aventura de
Stevenson, o el Robinson de Defoe, o terror de Poe, se unen a la memoria y el
recuerdo hasta la novela negra aún desde el más allá del narrador al momento de
concebir la novela como una solución para el que crece.
Es probable que Persona Normal logre ser menos
trascendente, menos rígida y exigente en el lenguaje para admitir que puede ser
leída sin el diccionario, o que su intención es llegar como la otra, a niños de
12 a 100 años donde se teje un juego con el libro y las emociones de ese joven lector,
a veces esquivo y no tan normal como
el autor con la suerte de haber ejercido como profesor.
Pero es otro ejemplo sencillo
de la bildungsroman, esa que ejerce
las fracciones del crecimiento tan fundamental en el ser humano, y en este
evento a partir de libros como si fueran guiones para cada uno de los capítulos
que tienden también a ser cuentos.
Buena ayuda la que brinda el
autor a los jóvenes que ingresen en sus páginas, porque al final (La Biblioteca de Sebastián) cita todos y
cada uno de los libros en que va envuelto el respectivo capítulo o relato para
demostrarnos que no hay otra forma de escribir sino leyendo.
“Somos, así, los libros que hemos leído”
…esos libros, lo que hacen en ti es crear una “educación sentimental”
“Tabla para el náufrago, escudo para el bueno y horca para el ruin,
paraguas para el sol y la lluvia, capote de torero, ladrillo que hace paredes”
“Su forma de educar aprendiendo”
“La educación sentimental te hace persona (…) buena persona”
“La poesía no es de nadie, es de todos”
“Nadie quiere ser sabio, todos quieren ser ricos”
“Todo es una novela. La vida es una novela”
“La gente se muere. Es la cosa más natural del mundo. No hay por qué
tenerle miedo”
“El libro es portátil, no se le acaba nunca la batería”
Y podemos hacer nuestro propio
listado de los primeros libros leídos, en un solo cuento que narre como cada uno sirvió
para un efecto de necesidad:
Para tirar la timidez que
callaba la boca, para aprender eso que se llama compasión, el que nos dice que
un libro de una mujer inició una guerra en favor de la libertad, otro que nos
permita discernir entre la justicia y el superhombre, o como sobrevivir íngrimos
en una isla y hasta los que nos enseñaron el amor ideal y el verdadero, como
también aquel que subdividió a los seres humanos en clases donde no estaba la
nuestra, o ese que nos enseñó como funcionaba un automóvil y como conducirlo.
Marco Polo
Altillo de Vilanova.
16 de Mayo de 2024
Bogotá D.C.
Comentarios
Publicar un comentario