POEMA DEL CUARTO ELEMENTO.








Recorrimos tierras de Boyacá para conversar con la naturaleza.

Con los árboles, el viento, el fuego y el agua. 

En Aquitania tuvimos oportunidad de recorrer sus flancos para ver a lado y lado los productos del preciado elemento: La trucha, la cebolla, el queso.

 El mar interior que nos legó Bochica. La Tota.

Luego en Guatavita aprendimos a pedir a la tierra y al agua la redención.

 Nuestras disculpas por el maltrato a lo sagrado, al Guaque impregnado de resina de fraylejón y miel para penetrar la piel de la laguna y fecundarla con el oro.

Luego fuimos al Magdalena y al mar. 

Maltratados los dos al tiempo, por nuevos españoles filibusteros, que tornaron en carbón la paz y secaron la leche del río a las modestas gentes pescadoras.

Nuestra oración.

 Leer dos poemas al elemento que nos dio origen.

 Lis lee su tributo al mar. 


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