VIII ENCUENTRO DE LA CULTURA EN CAMPOALEGRE HUILA



ARMAS DE JUEGO PARA LA PAZ



Dos interrogantes me formulé hace mas de veinte años cuando comencé a escribir la novela ARMAS DE JUEGO:

El por qué los colombianos somos tan violentos.
Y qué podía un humilde huilense legar a su querido Departamento.

Lo primero requería una verdadera introspección del ser nacional.
Lo segundo era el final de aquel pretendido estudio, vuelto una novela.
Con toda la enjundia que requería el tema, procuré ir lentamente en la búsqueda del ser huilense, que me llevara a conocerme mejor y conocer a mi país, luego de tanta experiencia como Juez de la República, que me enseñara esa primera razón.
La de carencia de memoria y justicia para nuestro pueblo.

Por supuesto que una novela no es la solución de los problemas políticos, económicos y sociales.
Pero puede ser la luz que aclare el camino a seguir a partir de eso que los griegos conocieron como la catarsis social.
Y el conócete a ti mismo, es el punto de partida humilde para comenzar a dar al otro, nuestra experiencia.
¿Que me movía a la respuesta de encontrar el por qué de nuestra violencia? Precisamente el saber y experimentar que los huilenses ya olvidamos la historia.
De ahí que haya resumido con precisión mi libro, así:

“Al comenzar la década del setenta, un adolescente rescatará para su hermano la memoria del pueblo. Memoria que a lo mejor nos aclare la causalidad de la guerra sentida de reojo por dos niños, a finales de los años cincuenta y los sesenta”.

Hemos olvidado nuestra historia.
La originaria de dos pueblos como Gigante, como Garzón.
Gigante aquella historia de la ilustración liberal, que se desarrolló en nuestro país hasta el siglo XIX, cuando la experiencia de un Reynaldo Matiz por el desarrollo popular, la libertad y la equidad social, tuvo la continuidad del presidente LIBERAL que caminó éstos caminos poblados del iguá, de ceibas, de samanes y de música alegre que no ha dejando de cantar desde Alberto Osorio hasta el Hijuelapo y los Bajacocos.  





No podía ser otro que JOSE HILARIO LOPEZ, el que estampó su firma en la Ley que ABOLIO LA ESCLAVITUD 16 años antes de que lo hiciera HABRAHAM LICOLN en USA. Y mientras aquel está sentado como un gigante frente a la historia de ese país, nuestro presidente liberal ha sido borrado de la memoria de los huilenses y los colombianos.
Sus ideas fueron sepultadas con la Regeneración conservadora en mi pueblo y en éste, y en toda nuestra nación, llevándonos a un retroceso de mas de 100 años.
Porque aquí en éste Campoalegre liberal murió y fue enterrado JOSE HILARIO LOPEZ  el casado con Dorotea la giganteña.
No era el papado de Bergoglio. Nuestros altos prelados eran los jefes de la política nacional.
Monseñor Esteban Rojas Tobar desde Garzón, entrañaba el poder clerical que no permitió siquiera enterrarlo en el cementerio cristiano, por ser LIBERAL, cuando según el SYLABUS de Roma de la época, “SER LIBERAL ERA PECADO MORTAL”.
Con mi novela pretendo revivir ese presidente liberal, por medio del recuerdo de dos pueblos. Gigante y Garzón.



Y volver aquí, donde está sepultado JOSE HILARIO LOPEZ de forma clandestina y pedirle a sus ilustres liberales de hoy, que colaboren para encontrar sus cenizas y reubicarlas en el altar que se merece.
El ALTAR DE LOS LIBERALES que es éste pueblo. Para que viva otra vez.
Aunque he pensado que en mi pueblo, Gigante, debe descender del pedestal quien sucediera a Esteban Rojas Tobar. El Arzobispo primado de los años de la violencia, ISMAEL PERDOMO BORRERO perseguidor de liberales y ceder el pedestal, al único presidente que no solo hizo gigante mi pueblo y mi patria y su ceiba, sino al iluminismo liberal de la REVOLUCIÓN FRANCESA, que fue borrado en tan solo Mil días, en esa aciaga batalla de MATAMUNDO ocurrida a la entrada de Neiva frente al rio del Oro, y por la cual, la mayoría de nuestros políticos siguen siendo CONSERVADORES de su fétido olor a muerte.
En una página cuento en la novela, ése legado de JOSE HILARIO LOPEZ que debiera ser recuperado de las cenizas perdidas del pensador huilense en éste pueblo:



“La abolición de la esclavitud, la separación del estado y la iglesia, la abolición del monopolio del tabaco, la educación laica, el juzgamiento con jurados, la proscripción de la pena de muerte para los delitos políticos y la Comisión Coreográfica”.

Pero fuera de éste tema exclusivo e histórico, ARMAS DE JUEGO es la historia de dos niños de familia disfuncional, como muchas de las de hoy.  Que se educaron con las armas de la vida y que tuvieron para jugar sus ARMAS DE JUEGO, que a lo mejor fueron las causantes  de ésta guerra que debemos acabar de una buena vez, porque es negocio de ex presidentes disfrazados, o “regenerados” del siglo XIX, propietarios de las tierras mas productivas de Colombia, intocadas y en crecimiento diario, tierras ubérrimas, que no van a ser inundadas jamás por ningún Quimbo,  como ocurrió con las tierras de mis paisanos y mis antepasados en Gigante, donde las vegas de mis ancestros de LA HONDA, primer nombre de Gigante, con su cacao y sus plátanos fueron anegadas por el contrato de un ex presidente y sus políticos alcahuetes del Huila.  Hoy tienen la desvergüenza de venir otra vez a éstas tierras de gentes cálidas y duras a pedir de nuevo su voto.
QUE DESCARO!!!
Esa es una de las razones por las que somos violentos.
Pero no tragamos entero.
Porque a esos señores feudales que quieren enterrar mas profundo a los únicos héroes liberales con el cuento de la guerra, les debemos gritar que se vayan a su tierra. Que no queremos más guerra. Que tenemos derecho a la alegría de Campoalegre.
Que Campoalegre es terreno de Paz.

Marco Polo.

Altillo de Villanova
Bogotá D.C.
Campoalegre 24-25 y 26 de septiembre de 2015
VIII encuentro de la Cultura Huilense.





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