FRANKENSTEIN


UNA NOVELA DE ESPANTO, PARA ESCUCHAR LA VOZ DEL ANORMAL, DEL DIFERENTE


Doscientos años después de aquel ejercicio literario,( surgido como un concurso entre Lord Byron, Percy Shelley y su esposa Mary), la jovencita de sólo diecinueve años , con su cuento ganador, permite hoy que muchos seres humanos del mundo griten su condición frente al creador:

“¡ Despiadado creador! Me has dado sentimientos y pasiones, pero me has abandonado al desprecio y al asco de la humanidad”



La joven escritora Mary Shelley nos lleva a la reflexión sobre la inequidad del género humano, al levantar y separar bardas para  que algunos impongan, lo normal y lo anormal. La estética y la fealdad. El arriba y el abajo, que propicia en nuestros días las mayores escisiones entre los seres de ésta época, persuadidos de sus carencias.
Es el grito que el miserable espeta a Dios por haberlo creado  sin ningún calidad que adorne su desnudez, sin clase, sin belleza, sin poder económico. Máxime cuando él no lo pidió, traduciendo de su falencia el odio y la sed de venganza contra su propio creador, el Dr. Víctor Frankenstein. Al compararse con aquel y sentir la envidia humana.
Dice el monstruo:
El había salido  de las manos de Dios convertido en una criatura perfecta, feliz y capaz, cuidada especialmente por su creador; estaba en situación de hablar con seres de naturaleza superior y adquirir conocimientos de ellos. Yo, en cambio, era un desgraciado, indefenso y abandonado”.

Frankenstein es el nombre del creador. No del creado. Porque éste, fuera de sus mayúsculos defectos, es innominado, irregular, anormal, feo, monstruoso como lo llaman desde los niños a los adultos que quieren apalearlo, como si con ello lograran la cirugía estética de su cuerpo.
Ignoran que en ese monstruo se albergan hermosos sentimientos de bondad, de bonhomía, de amor y compasión y que también puede sentir la alegría de un  poeta.
Pero la estética occidental ha escrito la cara de lo hermoso en nuestras mujeres operadas y anoréxicas. En el atlético adonis sin mácula. Y una raza, un color son  excluidos a conveniencia, o se tiene por dibujo de Lombroso que señala al criminal, por la genética de su rostro, con sus asimetrías de mandíbula, orejas o arcos superciliares, para hacer parte de la teoría oscura del positivismo jurídico con Garófalo y Ferri  y ésta a su vez, compendiar el derecho concebido por el fascismo de Hitler.
Con la idea de que una raza debe desaparecer. De que una ideología debe ser borrada y más,  si alguno de sus practicantes le causó dolor o eliminó a uno de sus seres queridos.
Y de la sed de la venganza, saltamos al odio para llegar a esos propósitos y en ésta formulación encontramos nuestro país hecho añicos. De igual manera nociva, la respuesta es el odio de clases, para buscar la supuesta igualdad. Otra utopía que no previó el creador.
El mundo queda al garete del poder de la guerra. Del destructor, que no admite las diferencias: Sólo mi Dios es verdadero. Solo mi idea contiene la verdad. La variedad no existe para el obtuso mesías. Los colores no se degradan. El verde solo es verde, porque ignoran que contiene el azul, el amarillo.
Desde el amor imposible, al paraíso perdido nos remueve las entrañas éste cuento de una mujer joven con su Frankenstein. El moderno Prometeo, que crea un homúnculo y lo dota de vida con los remiendos de la muerte. Jugando a Dios, termina jugando a monstruo. Odiado por su propio creador. Llorado aquel, por el monstruo que equilibra a su creador en el momento de su muerte. ¿Por qué no lo hizo igual a los demás? ¿Por qué no le creó una mujer monstruo, al menos?,
La novela escrita con un lenguaje sencillo, está elaborada en 26 capítulos donde la autora procura el palpitar del lector a partir de recursos del Quijote y de su misma truculencia, al contar la historia en primera persona con varios narradores, el capitán Walton, Víctor y hasta escuchamos de sus propios labios la criatura.
Justo para los jóvenes de hoy, en éste país destrozado por la guerra y el unanimismo. Historia divertida, traída desde esos perennes cuentos bizarros de espantos y aparecidos que tanto atraen al joven lector.
Una gran novela para que los educadores de hoy la incluyan en sus deberes, a los alumnos de éste país ávido de educación. Una obligada reflexión para los colombianos. Sobre los espantos de la guerra, el odio y la venganza, la igualdad utópica y el dolor, que como anillo al dedo se adapta a nuestros días.

Marco Polo
Altillo de Villanova
Bogotá D.C.

Marzo 5 de 2016.

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