PHILIP ROTH
THE BREAST
Tetas para los LGBT
La máma, la teta, debía ser la traducción de la novela de
Philip Roth al español, más como siempre, para lo hispano, lo hacen con el
eufemismo de EL PECHO.
Es posible que para estos días exija la necesidad de ser bien
traducida y quiera significarnos otra cosa disímil de la que decía en los años
setenta.
Su tema en apariencia banal o parodia del oscuro de Praga, se
dirige a connotar lo femenino en consonancia con la masculinidad y el ejercicio
machista. Lo femenino a partir del aceptado concepto de lo andrógino para los
dos supuestos sexos.
Nos cuenta el maestro narrador, ganador del premio Príncipe
de Asturias del 12, el cuento de un hombre
que un día no amanece convertido en insecto, sino en una TETA.
Un seno, como dirían las monjitas para quien parece, fue
traducida la obra por los españoles.
Peor, un pecho como en realidad aparece el título en la tapa
de la obra hoy reeditada. Y el tema en el fondo despierta hilaridad. Nos lleva
por los caminos de Woody Allen con sus problemas sexuales y sus psicoanalistas,
impulsando su deseo a reencarnar en el sillín de la bicicleta de su amor
platónico. Y con mayor pasión para los que no fueron amamantados: Una teta
gigantesca para calmar sus reprimidos deseos.
Entonces el hombre vuelto una teta queda sublimado en su
recóndito deseo. Una burla por llegar a existir como su propia obsesión.
Allí es donde a pesar de convertirse en su deseo femenino, el
ancestro del mamífero insistirá en sus atributos masculinos para poder recibir
el placer. Y claro, es una teta con pezón y el pezón entrañará lo masculino.
El resto es imaginar, qué pudo llevarlo a esa transformación.
A lo mejor su pasión por la literatura que lo hizo aplicarse
a “simétricas porfías del arte, que
entreteje naderías” todo un profesor que enseña Kafka y Gógol a sus
alumnos, y propone ridículas historias de autores que hacen reír a su padre.
¿Como puede soportar él, ser una teta gigante de 70 kilos,
sin que pueda autosatisfacerse al menos y solucionar el deseo?
Admitiendo la desgracia de ser una teta, el hombre es capaz
de autorregular el deseo por la parte que biológicamente se identifique más con
lo fálico o en último caso no aceptar su realidad y hacerse el loco. Con su
PEZON habla, escucha y quiere penetrar. Entonces una carcajada sobre su existencia
lo remite a nueva crisis.
Parece que el atrevimiento del cuento anterior nos remite a
pensar y estimular un cambio en nuestra vida banal.
En ésta época de admisión de los LGBT, viene bien el tema,
para admitir que los géneros se participan, que no hay tal pureza o
exclusividad en el macho y la hembra y que no es necesario que ocurra una “catástrofe endocrinopática” porque ello
es armónico con el desarrollo o el desvío cromosómico y al igual que en aquella
hermosa película titulada “Belleza
Americana” lo que mas ataca el ex militar, es lo que más quiere ocultar de
su ego.
No quiera Dios que un día un procurador cualquiera, no amanezca
convertido en insecto porque ya lo es, sino que vea la luz del nuevo día, en la
cama, como si hubiera dormido en el closet del poder y salga como lo que es, un
verdadero marica.
Marco Polo
Altillo de Villanova
14 de Septiembre de 2015.
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